Mañana por la noche, 120 niños y niñas de 8 años tendrán grandes dificultades para poder dormirse, estarán nerviosos. Y soñarán con hacerlo bien, con correr más que nunca, con lanzar más lejos que nunca, con realizar su salto perfecto. Soñarán con esa voltereta que se les tiene atragantada y que esperan hacerla a la perfección, con pasar rápido por el túnel sin que se les caiga el testigo de la mano... Quieren agradar a sus compañeros y a sus profes, pero no se dan cuenta de que ya son nuestros héroes y de que nos sentimos muy orgullosos de ellos.
Organizar una actividad de esta magnitud conlleva muchas horas de esfuerzo, es verdad, pero viendo la ilusión en los ojos de estos chiquillos todo se te hace poco para que sus sueños se puedan hacer realidad.
No hay clasificaciones, no hay marcas. Cada niño se irá a su Colegio orgulloso con su medalla al cuello. Sin duda habrá sido el campeón.
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